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Alimentación Saludable y Ejercicio
¡Esta primavera entra en acción!
Con un clima más frío y días lluviosos, el invierno puede convertirnos inadvertidamente en haraganes de tiempo completo, y es por esto que conviene darle una buena “limpieza de primavera” no solo a tu casa sino a tu cuerpo.
Sin embargo, no existe una manera correcta o incorrecta de hacer esto. Solo que no debes apresurarte ya que su cuerpo se ha acostumbrado a un estilo de vida más sedentario y, por lo tanto, es importante empezar lentamente para luego ir aumentando hasta alcanzar un programa semanal de ejercicios saludable.
Revisa anticipadamente todos los sistemas
La primavera es también una gran época del año para programar una cita para tu examen médico anual. Podrán revisarte la presión arterial y el colesterol, para asegurar de que estés listo para retomar tu vida más activa. También te brindará la oportunidad de platicar con tu proveedor de atención médica primaria acerca de cualquier duda o inquietud que puedas tener, y escuchar si él o ella tiene alguna sugerencia para que vuelvas a tu rutina física.
Estar bien equipado
Revisa las suelas y la condición general de tus zapatos deportivos. Unos zapatos desgastados pueden llevar a lesiones, de manera que asegúrate de remplazarlos una vez al año en promedio o con mayor frecuencia si estás haciendo más ejercicio.
Pon el combustible
No puedes manejar un automóvil sin ponerle gasolina y lo mismo se aplica para tu cuerpo. Esto significa evitar los alimentos procesados, comer abundantes proteínas saludables, y frutas y verduras frescas. Permanecer bien hidratado es verdaderamente importante, pues mientras más sudes más agua deberás beber; bebe unas cuatro a seis onzas de agua por cada 15 minutos de ejercicio que hagas.
Camina antes de correr
Empieza despacio y luego camina vigorosamente durante 10 minutos al día, por lo menos 3 o 4 veces a la semana. Una vez que te sientas cómodo con este ritmo, aumenta semanalmente en intervalos de 5 minutos hasta que llegues a 30 o 40 minutos. Un mes de acondicionamiento físico irá aumentando tu flexibilidad y resistencia, las cuales son necesarias antes de pasar a actividades más extenuantes.
Estírese
Es igual de importante el enfriamiento que el calentamiento. Los estiramientos aumentan el flujo de sangre a los músculos y pueden ayudar a prevenir que estés adolorido después del ejercicio. Una vez que tu ritmo cardíaco haya disminuído después del enfriamiento, es conveniente que estires los músculos que acabas de utilizar. Sostén cada estiramiento por lo menos de 30 a 60 segundos, dos o tres veces. Para estiramientos intensos no sobrepases los 15 segundos. Si te sobrepasaste no olvides la técnica RICE que consiste en descansar, aplicar hielo, y hacer compresión y elevación del músculo adolorido.
Cumple un plan
Fíjate metas realistas diarias y semanales sobre cuánto tiempo y con qué frecuencia quieres estar activo. También, te será más fácil cumplirlas si te acompaña un familiar o un amigo. Recuerda que el solo hecho de que estás haciendo un esfuerzo para estar en movimiento varias veces a la semana, es algo maravilloso.