
Cómo prevenir la obesidad infantil
¿Sabía que el 20% de los niños estadounidenses son obesos? La obesidad, definida como un trastorno en el que el cuerpo tiene demasiada grasa, puede provocar problemas de salud como asma, problemas de hígado, apnea del sueño, problemas en los huesos y las articulaciones, diabetes tipo 2 y factores de riesgo de enfermedades cardíacas como la hipertensión arterial.
Más allá de los riesgos para la salud, la obesidad infantil conlleva impactos económicos a largo plazo en las familias. Según los CDC, los niños con obesidad severa agregan $909 más en costos médicos cada año en comparación con los niños con un peso saludable.
A largo plazo, los niños obesos tienen más probabilidades de convertirse en adultos obesos, lo que provoca una mayor probabilidad de padecer enfermedades graves, como accidentes cerebrovasculares, cáncer, enfermedades cardiacas, diabetes, problemas de salud mental e incluso muerte prematura.
En relación con el Mes de Concientización sobre la Obesidad Infantil, AltaMed está aquí para ayudar a las familias a crecer sanas. Desde comprender las causas fundamentales hasta implementar métodos de prevención sencillos, aquí se explica cómo prevenir la obesidad infantil.
Causas comunes
Aunque es fácil suponer que la obesidad se debe únicamente a una mala alimentación y a la falta de ejercicio, la verdad es más compleja. De hecho, la obesidad está influenciada por una combinación de genética, estilo de vida y del entorno. Esto es lo importante:
- Genética — el riesgo de obesidad de un niño aumenta si sus padres son obesos. Sin embargo, la genética por sí sola no determina el peso. El estilo de vida y el entorno también son cruciales.
- Patrones de alimentación — los alimentos ricos en calorías, bajos en nutrientes y los hábitos alimentarios irregulares contribuyen a la obesidad. Las comidas equilibradas con porciones adecuadas son esenciales.
- Actividad física — la falta de ejercicio es un factor importante, especialmente cuando se pasa mucho tiempo frente a una pantalla.
- Acceso a la atención médica — los chequeos regulares pueden ayudar a detectar problemas de peso de forma temprana. El proveedor de atención médica de sus hijos le ofrecerá orientación sobre hábitos saludables.
- Sueño — la falta de sueño afecta a las hormonas que controlan el hambre, lo que lleva a comer en exceso. Los niños necesitan rutinas de sueño constantes, con 9 a 12 horas por noche para la mayoría.
- Entorno — el lugar donde viven y juegan los niños afecta su capacidad para mantener un estilo de vida saludable. El acceso limitado a alimentos nutritivos y áreas de juego seguras pueden presentar otros desafíos.

Cómo evitar la obesidad desde el principio
Sin importar el peso actual de sus hijos, fomentar hábitos de vida saludables mejorará su bienestar ahora y en el futuro.
- Cree hábitos alimentarios saludables — fomente una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Al mismo tiempo, reemplace el consumo de bebidas azucaradas por alternativas como agua o leche. Enseñe a sus hijos los tamaños de las porciones adecuadas para evitar comer en exceso. Si tienen hambre entre comidas, llene su casa con opciones de refrigerios saludables como frutas, nueces o yogur.
- Fomente el ejercicio regular — intente realizar al menos 60 minutos de actividad física diaria. Esto puede incluir caminar, andar en bicicleta o practicar deportes. Los parques públicos, las piscinas y los senderos para caminatas son excelentes recursos comunitarios para familias de todos los tamaños. Cuando estén en el interior, limite el tiempo que pasan frente a las pantallas, incluida la televisión, los videojuegos y las computadoras, para promover un juego más activo.
- Fomente una relación positiva con la comida — enseñe a sus hijos a escuchar los indicadores de su cuerpo y a comer solo cuando tengan hambre. Fomente una actitud saludable hacia la comida y evite usarla como premio o castigo. También puede involucrar a sus hijos para que le ayuden a planificar y preparar comidas saludables.
- Fomente un mejor sueño — asegúrese de que sus hijos descansen lo suficiente cada noche, ya que la falta de sueño puede contribuir al aumento de peso. Establezca horarios de dormir constantes y limite el uso de dispositivos electrónicos a medida que se relajan.
- Mejore su bienestar emocional — enseñe a sus hijos formas saludables de lidiar con el estrés, puede ser a través de la actividad física o pasatiempos creativos. Fomente una imagen corporal positiva, y la autoestima, independientemente de la forma o el tamaño.
Si sigue estos pasos, estará encaminando a sus hijos hacia una salud duradera.
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